Hoy he querido hacer una entrada doble a propósito del cine quebeco, porque quería comentar sobre dos filmes que he visto y que me han parecido muy buenos. Ya hace unas horas les comentaba sobre Incendies, un filme del 2010 que estuvo nominado al Oscar como mejor película extranjera. Ahora quiero hablarles sobre otro filme que me ha impresionado muy favorablemente y, en esta ocasión, se trata de uno que compartió la misma nominación pero con 7 años de difrerencia. En el caso de Les invasions barbares, sí ganó el premio a Mejor película foránea en la edición de los Oscar del 2004.
El cineasta Denys Arcand, que ya había saltado a la fama en 1986 con Le déclin de l'empire américain, una ácida sátira sobre las relaciones sexuales entre un grupo de amigos de clase media en un país de alto nivel de bienestar como Canadá, vuelve a la carga con este filme realizado en el 2003, donde retoma la mayor parte de los personajes de aquella primera película, incluso los principales no solo repiten en nombre sino en el actor que los encarna. Ahora la historia se concentra en torno a los días finales de Rémy, el viejo profesor universitario, mujeriego irredento, crítico e impertinente, que ahora enfrenta la triste realidad del diagnóstico de un cáncer terminal.
La trama de la película no es complicada, pues la historia es bien simple. Son gente común en torno a su viejo amigo, gente que comparte el tiempo, con diálogos filosóficos y cortantes y emotivos recuerdos del pasado con atisbos de presente, todo con una informalidad y desenfado que se transpira en las más logradas escenas de la hsitoria. Filme austero en medios, pero gigante en resultados, que nos habla de la humanidad de los amigos, de rencuentros después de tantos años, de la empatía que logran finalmente el padre y el hijo, del cariño que siente por el viejo profesor su ex, de la afinidad que se dibuja (cual relación padre-hija) entre Rémy y la hija drogadicta de una de sus amigas de juventud.
La película constituye un homenaje al ser humano, al asistir a la muestra del lado más vulnerable de cualquier persona común en este mundo nuestro. Los rostros de los viejos amigos denuncian, sin dudas, el paso del tiempo y el desencanto de un mundo cambiante y cada vez es más absurdo y patético. La actuación del veterano actor Rémy Girard resalta por sí sola en un filme que no es la panacea cinematográfica, pero que se lanza al ruedo y deja claro que todo no es tan bueno como lo pintan, ni tan malo como dicen que es.
Con Incendies y Les invasions barbares, he querido hoy hacer un paréntesis con tono cinematográfico, y recomendar de paso estos dos filmes quebecos a todas las personas que tengan la oportunidad de verlos. Estoy seguro que los amantes del buen cine quedarán complacidos con ambas historias.
1 comentarios:
es una wada
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